miércoles, 25 de junio de 2008

ni aquí ni en sanse. ni playa ni san juan/sant joan


he terminado los exámenes. no presentándome al último porque, a pesar del esfuerzo, no llegaba. yendo a un concierto cancelado por luto oficial y a unas hogueras azotadas por lluvias torrenciales. de la m 50, mejor ni hablar. pero pasó.
de momemto disfruto del estrés social que es una bendición.
emocionado e impaciente me hallo: a la espera de conocer (el domingo) y convivir con madame cru-cru & family.


[machine gun.third, portishead.]

miércoles, 18 de junio de 2008

crack

por fin llegó. esto es el final de algo, mejor dicho el principio de otra cosa mejor. con menos prisas y menos agobios. más saborear, menos engullir. no será un cambio inmediato pero será. paulatinamente, ya veréis.
de momento habrá que esperar al 27 de julio para poder descansar y respirar aliviado y al 28 para entrar en bucle on the road.

me consta que este año/curso ha sido especialmente duro para mis amigos/compañeros/'alumnos' opositores. muchísima suerte y calma (aquí sí, las pastillas son bienvenidas) el viernes. como siempre digo el trabajo da su fruto y estoy convencido de que esta convocatoria será muy positiva para vosotros.

el crack no tiene retorno. lo escribo para reafirmarme en mis decisiones y para convencerme.

sabiduría/grandeza de la abuela (en un restaurante, creo recordar):
-"abuela, ¿quiere usted presidir?"
-"más no, yo presido desde el alma".

martes, 3 de junio de 2008


cruzando una calle muy concurrida de madrid, entre la muchedumbre a alguien se le caen 20euros. creyendo que son de las chicas que iban delante de mi (es increíble lo difícil que es encontrar a alguien entre el gentío) las persigo hasta que, por fin, doy con ellas y me dicen que serán de los dos chicos que iban en sentido contrario. media vuelta, disco cerrado. miles de coches me impiden cruzar: todavía me importa algo mi cuerpecillo. al otro lado de la calle están los dos, volviendo en busca de lo que han perdido. nos encontramos en mitad de la calle y se lo doy, cada uno sigue sus caminos opuestos, pero fue suficiente. a veces los detalles más nimios, los gestos más tontos son los más gratificantes. fue cuando pensé, parafraseando la gran sabiduría de ambypura, habrá que seguir arrimando el hocico. en eso. en los exámenes. y en todo. siempre. incluso en níger. y más allá.


esta foto tiene, sin saberlo cuando la hice, un tono descolorido que se ajusta muy bien a la melancolía de minutos antes. pero ya pasó.

arrimemos el hocico.